sábado, 7 de enero de 2017

Job 13-16

Con esos amigos para que quiero enemigos

"Consoladores molestos sois todos vosotros.
¿Tendrán fin las palabras vacías?
¿O qué te anima a responder?
También yo podría hablar como vosotros,
Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía;
Yo podría hilvanar contra vosotros palabras,
Y sobre vosotros mover mi cabeza.
Pero yo os alentaría con mis palabras,
Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor"
Job 16:2-5

Los amigos de Job no lo ayudaron para nada. Tomaron una actitud de superioridad y de jueces, y durante toda su participación le insisten a Job que algo debió haber hecho mal para que ahora se encuentre en tan precaria situación. 
¿Cuántas veces, quizá, hemos pensado igual que los amigos de Job? Nos apresuramos a analizar la situación y a sacar conclusiones limitadas por nuestros puntos de vista. Estos personajes no podían juzgar a Job porque no tenían todo el panorama. Nosotros no podemos hacer aseveraciones críticas porque sólo Dios conoce los corazones. Personalmente he caído en esto muchas veces, pero poco a poco voy aprendiendo a dejar a las personas en las manos de Dios. Él es el único que conoce todos los factores y se encarga de las personas. 
Yo, quiero ser como Cristo. Amar a aun aquellos que me hacen mal y pedir que el Espíritu Santo haga su obra en ellos. Dejemos que el Señor sea el que se encargue de juzgar y tratar con los corazones, y nosotros, mientras tanto, tratemos a nuestro prójimo como quisieramos que él/ella nos tratara. No somos mejor que los demás. 




1 comentario:

  1. A veces es tan fácil ser como los amigos de Job, lo verdaderamente difícil y retante es ser un buen amigo. ¿Cuantas veces no vemos a Jesús cuidando y consolando a sus amigos?

    Quiero ser esa clase de amiga que Dios se agradaría de ver. Quiero ser de bendición en medio de la alegria pero también en los momentos dificiles. Ser una imitadora de Jesús.

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